Ésta es mi primera acuarela, en septiembre de 2011.
Guiada por las orientaciones de mi padre, que hace preciosas acuarelas, fui dando forma a un niño que sueña construir el mundo con sus manos a la orilla del mar.
Descubrir la técnica de pintura al agua ha sido para mí un bálsamo. Desde luego, encontré una forma de expresarme que me aporta a la vez serenidad y alegría. Y como todas las voy regalando, las disfruto mucho más.