En sus ojos, siempre fija, la calle que lleva a casa.
Finos hilos entretejen su alianza cotidiana,
pero su fuerza es tan grande que al mismo mar arrebata.
Silencio y sal. Sudor de algas.
El alma, como las olas, se desborda y se retracta.
Pescadores de otro tiempo en la histórica batalla
de unir la tierra y el cielo,
bravío mar y mansa playa.
(acuarela y poema, enero 2013)
(acuarela y poema, enero 2013)